En los últimos años, el síndrome de burnout ha dejado de ser visto como un simple cansancio laboral para ser reconocido como una condición clínica con repercusiones graves en la salud física, mental y social de los trabajadores.
En un entorno donde la productividad se valora por encima del bienestar, el agotamiento emocional y físico se ha convertido en una epidemia silenciosa que afecta a miles de personas en todo el mundo. Este fenómeno no distingue jerarquías ni sectores: puede presentarse tanto en personal operativo como en directivos, especialmente en entornos laborales de alta exigencia o con falta de límites claros entre la vida personal y profesional.
¿Qué es el burnout y cómo se diferencia del estrés?
El burnout se define como un estado extremo de agotamiento físico, mental y emocional directamente relacionado con el entorno laboral, a diferencia del estrés común, que puede tener causas externas al trabajo.
Según la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11) de la Organización Mundial de la Salud (OMS), existen tres síntomas principales:
- Cansancio extremo y persistente que no mejora con el descanso.
- Desapego o actitud cínica hacia el trabajo, marcada por irritabilidad y desinterés.
- Disminución en la eficacia profesional, con sensación de incompetencia o frustración.
Este síndrome laboral puede acompañarse de síntomas físicos y emocionales: dolores musculares, cefaleas, alteraciones del sueño, indiferencia, llanto fácil, ansiedad, etc.
Un problema que se disfraza de normalidad.
Uno de los principales riesgos del burnout es su invisibilidad. Muchos trabajadores no son conscientes del nivel de desgaste que acumulan ni de cómo éste afecta su desempeño y su vida personal. En algunos casos, las ausencias laborales derivadas de trastornos asociados al agotamiento pueden alcanzar hasta 24 días al año, afectando no solo al individuo, sino también a la productividad de la empresa.
Los especialistas señalan que el síndrome puede presentarse tanto en hombres como en mujeres, aunque las mujeres suelen buscar ayuda antes, lo que favorece una atención más temprana. El rango más afectado está entre los 25 y 40 años, especialmente en profesiones con contacto constante con otras personas, como el sector salud, educación o atención al cliente.
Cómo identificar las señales de alerta.
Detectar el burnout a tiempo puede evitar consecuencias mayores. Algunas señales de advertencia incluyen:
- Sentir que el descanso nunca es suficiente.
- Perder el entusiasmo por el trabajo.
- Irritabilidad frecuente y pérdida de concentración.
- Contar los días o las horas para terminar la jornada.
- Dificultad para tomar decisiones cotidianas.
Si estos síntomas se prolongan por varias semanas o meses, es recomendable acudir con un profesional de la salud mental para una valoración.
Claves para prevenir y atender el burnout.
El abordaje patronal y médico del burnout depende de su gravedad, pero en todos los casos se recomienda una intervención conductual orientada a recuperar el equilibrio personal.
Entre las medidas más efectivas destacan:
- Practicar ejercicio de manera regular.
- Establecer pausas activas y respetar los horarios de descanso.
- Desconectarse del entorno laboral fuera del horario de trabajo.
- Realizar actividades recreativas y sociales.
- Practicar técnicas de mindfulness y atención plena.
- Aprender a decir “no” cuando la carga laboral rebasa los límites.
Además, es esencial fomentar una cultura de autocuidado en las organizaciones. El home office, por ejemplo, ha difuminado las fronteras entre trabajo y vida personal, lo que exige políticas más claras para evitar la sobreexigencia y la fatiga digital.
Hacia una cultura laboral más saludable.
El burnout no debe minimizarse ni tratarse como simple estrés, cansancio, o confundirse con una “mala actitud”. Es una condición laboral derivada de riesgos psicosociales serios, que refleja desequilibrios estructurales en las formas de trabajar.
Cuidar la salud mental de los colaboradores es también una forma de proteger la integridad legal y operativa de las empresas. Promover entornos laborales más humanos no sólo protege a los empleados, sino que también fortalece la productividad y reduce la rotación de personal.
En Mx Legal acompañamos a las empresas en la identificación y prevención de riesgos legales asociados a la sobrecarga de trabajo y afectaciones en la salud de los empleados.
Contáctanos y te ayudaremos a desarrollar políticas internas que promuevan el bienestar y el cumplimiento con la Norma Oficial Mexicana NOM-035-STPS-2018 sobre factores de riesgo psicosocial.
FUENTES:
www.eleconomista.com.mx/empresas/burnout-conoce-epidemia-silenciosa-20250428-756249.html
www.eleconomista.com.mx/capital-humano/me-hablen-senales-agotamiento-mental-trabajo-20250319-750641.html
